El PSOE lleva hasta Bruselas el urbanismo “de rapiña”del noroeste

Ante los continuos escándalos urbanísticos en varios municipios del noroeste de Madrid gobrernados por el Partido Popular, el Partido Socialista ha decidido tomar cartas en el asunto y acudir a Bruselas para que la investigación abierta en Galapagar entorno al Plan General y de la que ayer dábamos cuenta, se amplíe a toda esta zona de Madrid.

Ayer, el secretario general del PSOE, Rafael Simancas, se reunía con los responsables socialistas de una decena de Ayuntamientos para acordar una serie de medidas. “No vamos a consentir que el PP degrade el debate urbanístico en nuestra región ya que no se trata de una trifulca del tipo y tú más, sino que está relacionado con la calidad y el bienestar de los ciudadanos”. Se trata, señaló, de que se investiguen sus implicaciones y se tomen las medidas oportunas para que se rectifique. El dirigente socialista destacó que este tipo de urbanismo, que calificó de “depredador y de rapiña” constituye una amenaza directa para el desarrollo sano de sus ciudadanos. Es además, dijo, “un riesgo para el mantenimiento del equilibrio medioambiental y para el cumplimiento de las normas jurídicas y morales básicas”. Entre las consecuencias que este urbanismo está acarreando apuntó el incremento brutal del precio de las viviendas, la presión sobre los equipamientos públicos que están colapsados y el deterioro de los espacios medioambientales. “El PSOE no está dispuesto a tolerar esta situación más tiempo”, declaró Simancas, que puso como ejemplos los casos de Majadahonda, Boadilla del Monte, Las Rozas, Colmenarejo o Pozuelo. Especialmente grave, señaló el secretario del PSOE, es el de Torrelodones, donde si sale adelante el proyecto del PP para construir 1.500 viviendas, un campo de golf y un centro comercial, 128 hectáreas de alto valor ecológico en el Área Homogénea Norte serán “pasto de la especulación”. Con el agravante, señaló, de que una empresa de las que son propietarios amigos y familiares del actual alcalde, Carlos Galbeño, “adquirió suelo” en el momento más adecuado.