Hace unos años la Comunidad de Madrid fue condenada a muerte por haber cometido un delito no previsto en código alguno, simplemente por ser demasiado bonita y hermosa. Pero ello no parece importar a casi nadie y la fecha de la ejecución inapelable será inmediata.
El nudo de la soga se cierra sobre el cuello de la víctima con la misma precisión con la que se van ejecutando los planes de los verdugos. No satisfechos con haber inundado de ladrillos, cemento y asfalto media Comunidad, destruyendo de forma irreversible en ese proceso una parte importante de nuestro valioso patrimonio natural, paisajístico, cultural y medioambiental, se preparan para dar el golpe final.
Quieren más, mucho más, con un ansia sin parangón. No importa el futuro. Lo que importa es la recalificación, el enladrillado, la contaminación; en definitiva, el dinero. Pero el mercado inmobiliario ya no es el mismo, la burbuja se desinfla, los tipos de interés probablemente subirán, Europa mira con recelo tanto caos urbanístico. ¿Cómo reaccionar?
Con un número de viviendas vacías en la Comunidad absolutamente escandaloso, y un nivel de endeudamiento de sus habitantes en el valor más alto de la historia, los verdugos no descansan y reaccionan. Los ejecutores de nuestro inestimable patrimonio natural deben presionar para seguir construyendo, tratando de influir en los Planes Generales de Ordenación Urbana de muchos de municipios de la Comunidad de Madrid, en la ley del suelo, en las normas medioambientales, …
Pero ¿cómo influir? Fácil, si quienes tienen que decidir no son demasiado rigurosos y algo amnésicos en lo que respecta a su compromiso de velar por el interés general. ¿Alguien recuerda ya lo que significa?
Quienes quieren destruir nuestro entorno son creativos y buscan “soluciones”. Una muy brillante que a algunos parece “convencer” es inventarse la necesidad de incorporar 700.000 personas nuevas al censo de población de la Comunidad para, según dicen, poder mantener su desarrollo económico. Y, además, motivan: "esta pobre gente tendrá que vivir en algún sitio ¿no?".
¿Y dónde colocamos a estas 700.000 personas?. Sencillo. Además de creativos, los verdugos son “eficaces”. Una vez agotado el terreno urbanizable en las “cercanías” de la capital, se da un nuevo salto en la onda expansiva inmobiliaria y de infraestructuras de transporte (privado, por supuesto). Negocio redondo.
Sin embargo, ¿nadie se pregunta si la sostenibilidad y la capacidad de regeneración de los recursos naturales de la Comunidad (abastecimiento y calidad de las aguas, calidad del aire, suelo disponible, paisaje, espacios naturales no urbanizados, …), que hace años fue sobrepasada a causa del modelo de subdesarrollo insostenible puesto en práctica, podrá soportar esta definitiva agresión?.
La Comunidad de Madrid, con casi 6 millones de habitantes (año 2005), es la 3ª comunidad con mayor población (13,5 % del total nacional), mientras que por superficie es la 12ª (1,6 % del total nacional).
Esto la coloca en el primer puesto por densidad de población con 746 habitantes por km2. Para entender bien esta cifra, baste decir que es 8 veces y media mas grande que la media nacional (87 hab./km2) y 2 veces y media mas grande que la siguiente comunidad: el País Vasco, que cuenta con 293 hab./km2.
Creemos que Madrid sobrepasó hace tiempo su límite de crecimiento, pero por el contrario, se buscan justificaciones basadas en una teoría socio-económica perversa, que basa su supervivencia en la destrucción de los recursos naturales comunitarios para conseguir el enriquecimiento material (que no moral) de una minoría.
Todo ello acompañado de una reducción alarmante en la calidad de vida de los sufridores de estos atropellos, en definitiva, de los ciudadanos que padecerán más contaminación, más horas al día malgastadas en desplazamientos, servicios públicos degradados e insuficientes, obras interminables, atascos kilométricos, etc.
De materializarse los perversos planes de construcción innecesaria, ello traerá consigo el aumento de estos problemas y sus consecuencias, y en algún caso hasta la imposibilidad material de satisfacer necesidades básicas, como puede ser el suministro de agua potable si continúa el más que evidente descenso en las precipitaciones.
Pero no es suficiente para los ejecutores. Se dicen: “Hay que modificar la Ley del Suelo para poder construir incluso donde antes no se podía”.
La propuesta de Ley del Suelo de nuestra maltratada Comunidad contiene barbaridades explícitas, fácilmente reconocibles en una primera lectura, y sutilezas tales como la posibilidad de construir en cualquier paraje que no esté sometido expresamente a algún régimen especial de protección incompatible con su transformación.
Es decir, casi todos.
Como cortina de humo para desviar la atención y que no trasciendan todas estas atrocidades, se lanza a bombo y platillo el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de la Sierra del Guadarrama (PORN).
En su redacción actual, este PORN parece una broma pesada. Pero no lo es.
Es un insulto a la inteligencia de los madrileños, ya que:
•El PORN no protege nada que ahora no esté protegido por la Ley Forestal de la CAM o por las normativas del Parque Regional de la Cuenca Alta del Río Manzanares o de Peñalara.
•Rebaja el grado de protección de los espacios ya protegidos, permitiendo construir viviendas aisladas y restaurar construcciones abandonadas o naves ganaderas para "otros usos" (uso residencial, restaurantes, hoteles rurales, etc.), en el ámbito del PORN. Estos usos, actualmente están prohibidísimos por la normativa del Parque de la Cuenca Alta, el de Peñalara o la Ley Forestal de la CAM.
•Permite la construcción de nuevas infraestructuras y ampliación de las existentes, en terrenos que ahora no se permite, por ejemplo dentro del terreno incluido en el Parque de la Cuenca Alta y del Parque de Peñalara y su zona periférica. Por ejemplo, ahora mismo, el PORN y PRUG de Peñalara prohíbe la ampliación de la carretera de la Morcuera o la de Cotos a Rascafría. Según este PORN, estas ampliaciones podrían hacerse.
•En las zonas de transición no limita para nada el crecimiento urbanístico, es más reduce la protección que otorga la Ley Forestal. Por ejemplo según la Ley forestal cualquier terreno que no sea ni urbano, ni urbanizable, ni agrícola es forestal y por tanto goza de protección. Según el PORN, esta protección se reduce a los terrenos que tengan una fracción de cabida cubierta superior al 30%. Para entendernos, las dehesas, no entrarían dentro de esta protección, ya que la fracción de cabida cubierta de una dehesa es alrededor o inferior al 20%. Es decir todas las dehesas y prados de las zonas de transición son susceptibles de ser recalificadas. Por ejemplo Los Praderones de Moralzarzal, las praderas que Soto del Real plante recalificar, los prados de Los Molinos que también se pretenden recalificar, Monesterio en San Lorenzo de El Escorial, que además, queda fuera del ámbito del PORN, etc.
•El PORN permite la instalación de vertederos y plantas de transferencias de residuos en el ámbito de lo que llaman Parque Regional del Guadarrama y que incluye parte del Actual Parque Regional de la Cuenca Alta.
•Permite la caza, la pesca, la explotación maderera y minera,.. en contraposición al Plan Director de Parques Nacionales.
En resumen, concibe y planea la Sierra del Guadarrama como una especie de parque temático y no como un auténtico Parque Nacional. Además, consolida los anteriores, y bendice y promueve un nuevo asalto inmobiliario a la sierra y sus alrededores.
Ante este verdadero atropello al patrimonio de todos los madrileños, solo cabe una respuesta:
La movilización de la ciudadanía para defender lo que es de todos y evitar su destrucción para beneficio e interés de unos pocos.
Todos los ciudadanos debemos de ser conscientes de nuestra responsabilidad social, tanto en el presente como de cara a las futuras generaciones.
Debemos organizarnos y movilizarnos en torno a las asociaciones vecinales, ciudadanas, ecologistas, etc., que en todos estos años han demostrado ser las únicas verdaderamente interesadas y comprometidas en la defensa del patrimonio comunal, y desinteresadas en el resto de los aspectos, incluidos los onerosos.
En definitiva, debemos plantar cara de forma pacífica, sin rendición.
viernes, febrero 24, 2006
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