El profesor Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo es una de las personas que mejor conoce el Refugio de Rapaces de las Hoces del Riaza. De hecho, suele pasar largas temporadas en su interior, especialmente, con motivo de la elaboración de los llamados censos de otoño, recuentos que anualmente se realizan para controlar el número de especies e individuos que pueblan la reserva natural ubicada en Montejo de la Vega de la Serrezuela, uno de los proyectos más emblemáticos de que gestiona Adena. Fernández y Fernández-Arroyo ha sido informado al minuto del hallazgo de los buitres desde la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos.
-¿Cuáles son las últimas noticias?
-Mediada la tarde de hoy (por ayer) son ya 35 los ejemplares de buitre leonado muertos, según me han informado de la Junta, y 19 los afectados, a los que hay que sumar el alimoche. También sé que se han visto buitres volar con dificultad hacia el Refugio.
-¿Qué impacto puede tener lo sucedido en el Refugio?
-Algunos de los buitres encontrados tenían placa incubatriz, lo que quiere decir que su muerte puede afectar a los nidos llevándolos, incluso, a su desaparición.
-¿Cómo valora el hallazgo?
-No es el primer episodio de envenenamiento que se ha dado en zonas próximas al Refugio, pero sí el más grave que se ha producido en los más de treinta años de vida del Refugio. No tengo la menor duda de ello.
-Por la información que maneja, ¿qué cree que ha podido ocurrir?
-Me ha resultado muy chocante que no hayan aparecido córvidos muertos, o aves de otras especies. Esto quiere decir que los buitres se han comido todo el veneno. Los buitres tienen en estos momentos un gravísimo problema, que es el hambre que pasan. Esto les hace más vulnerables al veneno.
-¿Por qué esa falta de comida?
-Porque las reses muertas se recogen por ley y no se dejan en el campo. Los buitres no encuentran comida con tanta facilidad como lo hacían antes. Es evidente. Hay una normativa europea que obliga a dejar las ovejas muertas a los buitres bajo ciertas condiciones, pero aquí se sigue sin aplicar.
-¿Y por qué son más vulnerables los buitres al veneno?
-Porque comen cualquier cosa que encuentran. Bajan con más facilidad a por lo que sea porque están hambrientos. Incluso comen delante del agente forestal que les surte la comida. Antes esto era impensable. Los ganaderos están indignados porque antes los buitres les ayudaban a deshacerse del ganado muerto, y ahora encima tienen que pagar por la recogida.
-¿Por qué el veneno?
-No conozco a nadie que quiera envenenar a un buitre de manera deliberada. El veneno se emplea para acabar con los zorros, los córvidos o incluso los lobos, pero se trata de una práctica que, además de ilegal, es errónea, pues consigue un efecto contrario al que se persigue porque siempre morirá antes un buitre que un zorro, un águila que un lobo, con lo cual estás eliminando a los animales que pueden controlar el aumento de zorros en ese equilibrio del ecosistema que la propia naturaleza impone.
Fernández y Fernández-Arroyo está a la espera de sacar los datos definitivos del último censo de otoño realizado en el Refugio de Rapaces, aunque adelanta que el descenso de ejemplares de buitres leonados ha sido considerable en los dos últimos años. El director del Parque Natural de las Hoces del Riaza, Francisco Sánchez Aguado, pone en duda la fiabilidad de estos censos, pues, «aunque es evidente que está descendiendo la productividad de la colonia de cría, la pérdida de buitres no es tan grande como dicen».
-¿Cuáles son las últimas noticias?
-Mediada la tarde de hoy (por ayer) son ya 35 los ejemplares de buitre leonado muertos, según me han informado de la Junta, y 19 los afectados, a los que hay que sumar el alimoche. También sé que se han visto buitres volar con dificultad hacia el Refugio.
-¿Qué impacto puede tener lo sucedido en el Refugio?
-Algunos de los buitres encontrados tenían placa incubatriz, lo que quiere decir que su muerte puede afectar a los nidos llevándolos, incluso, a su desaparición.
-¿Cómo valora el hallazgo?
-No es el primer episodio de envenenamiento que se ha dado en zonas próximas al Refugio, pero sí el más grave que se ha producido en los más de treinta años de vida del Refugio. No tengo la menor duda de ello.
-Por la información que maneja, ¿qué cree que ha podido ocurrir?
-Me ha resultado muy chocante que no hayan aparecido córvidos muertos, o aves de otras especies. Esto quiere decir que los buitres se han comido todo el veneno. Los buitres tienen en estos momentos un gravísimo problema, que es el hambre que pasan. Esto les hace más vulnerables al veneno.
-¿Por qué esa falta de comida?
-Porque las reses muertas se recogen por ley y no se dejan en el campo. Los buitres no encuentran comida con tanta facilidad como lo hacían antes. Es evidente. Hay una normativa europea que obliga a dejar las ovejas muertas a los buitres bajo ciertas condiciones, pero aquí se sigue sin aplicar.
-¿Y por qué son más vulnerables los buitres al veneno?
-Porque comen cualquier cosa que encuentran. Bajan con más facilidad a por lo que sea porque están hambrientos. Incluso comen delante del agente forestal que les surte la comida. Antes esto era impensable. Los ganaderos están indignados porque antes los buitres les ayudaban a deshacerse del ganado muerto, y ahora encima tienen que pagar por la recogida.
-¿Por qué el veneno?
-No conozco a nadie que quiera envenenar a un buitre de manera deliberada. El veneno se emplea para acabar con los zorros, los córvidos o incluso los lobos, pero se trata de una práctica que, además de ilegal, es errónea, pues consigue un efecto contrario al que se persigue porque siempre morirá antes un buitre que un zorro, un águila que un lobo, con lo cual estás eliminando a los animales que pueden controlar el aumento de zorros en ese equilibrio del ecosistema que la propia naturaleza impone.
Fernández y Fernández-Arroyo está a la espera de sacar los datos definitivos del último censo de otoño realizado en el Refugio de Rapaces, aunque adelanta que el descenso de ejemplares de buitres leonados ha sido considerable en los dos últimos años. El director del Parque Natural de las Hoces del Riaza, Francisco Sánchez Aguado, pone en duda la fiabilidad de estos censos, pues, «aunque es evidente que está descendiendo la productividad de la colonia de cría, la pérdida de buitres no es tan grande como dicen».